EDIFICIO CIUDAD – CIUDAD AUTOSUFICIENTE
Actualizado: 22 mar 2022
Existe un contraste en el diseño racional de la arquitectura urbana, entre la situación local y las construcciones en el lugar, es decir, entre edificios públicos y privados. Esto se contrapone y se confunde en la ciudad, donde se busca generar un ambiente unificado.
La ciudad se conforma por su arquitectura la cual analizamos desde su entorno y aquellas obras que intervienen en la modificación de la naturaleza. La naturaleza por su parte rechaza la concepción funcionalista, no acepta que la función siga la forma, el cual es solo un criterio de utilización de la zona.
De esta manera la ciudad permanece a través de sus transformaciones y cada hecho urbano tendrá un valor, y serán los que perduren en el tiempo los que queden identificados como “Monumentos”, el resto de la superficie urbana en su mayor parte la constituye residencia.

FOTOGRAFÍA DE ANDREA ANASTASAKIS
La residencia al ser la mayor parte de la superficie debería pasar a ser el eje estructurador de la ciudad, uniendo la vivienda y lo público. Actualmente pasamos 2/3 de nuestra vida trabajando o en la vivienda, por lo que deberíamos integrar funciones para adaptarnos a las nuevas formas de vivir y trabajar, donde lo público ya no sea el espacio que queda al transitar la ciudad, sino un espacio que bien podría integrarse a la propia vivienda y al trabajo.
Es por la falta de tiempo que necesitamos integrar de manera distinta nuestro ocio y por consiguiente nuestro espacio público en espacios de residencia, convirtiéndolos así en espacios en los que convivan tareas no de manera multifuncional, sino simultánea.
Es importante entonces la justificación de un edificio más allá de su utilidad, puede incluso, que esta justificación no sea reconocible, el edificio en sí adquiere un carácter propio debido a que la obra es pensada en sí misma, fuera del mundo que la rodea.

FOTOGRAFÍA DE INÉS LALUETA
Por ello, cuando la sociedad no lo acepta como propia o cuando el edificio no consigue integrarse a la ciudad es que ante este tipo de obras aparece el silencio, como sinónimo de vacío. ¿Qué pasara con este tipo de obras en el futuro? ¿será posible reciclar obras de tales características? ¿vale la pena invertir en este tipo de obras?
Podrías pensar que sí, que tal vez se acreciente esta búsqueda de identidad, y con ella la aparición de más de estos edificios, que no hacen más que llenarnos de interrogantes. Edificios pensados en sí mismo, autosuficientes, donde la vida transcurra también hacia el interior. Edificios en la ciudad, pensados como una ciudad.
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