METRÓPOLIS O TECNÓPOLIS
Actualizado: 22 mar 2022
Vivimos en una época en la que las redes y las tecnologías son factores determinantes del desarrollo, como lo fue para la revolución industrial la producción seriada. Las empresas antes líderes en manufacturas y producción de objetos tangibles, viran hacia la producción de artefactos para lo intangible: el gran poder de la red social.
Hoy en día es imposible pensar en no tener un Smartphone cerca de nosotros, en no estar conectados con diferentes partes del mundo y no consultar cualquier cosa que precisemos en internet. Estas formas de comunicación son producidas por las empresas que son líderes en el mercado y, por tanto, también son las que mueven el mundo.
Uno de los temas centrales del urbanismo desde fines del siglo pasado pasa por el crecimiento de las ciudades y hacia donde esto va tendiendo. Koolhaas en su libro Delirio en Nueva York habla de las grandes metrópolis que contienen esos rascacielos enormes que albergan a 6000 almas, en donde deja asentado que un edificio puede ser una ciudad que está dentro de otra, la gran metrópolis. Dichos rascacielos pertenecían a las corporaciones, y tendían a devorar a las ciudades, desplazando a los más pobres a la periferia.
Esta reflexión de Koolhaas hace 30 años: ¿Cambió debido a las nuevas tecnologías? ¿Hacia qué modelo de ciudad estamos yendo? ¿Es posible que las nuevas formas de vivir y las nuevas corporaciones cambien el paradigma de las ciudades y metrópolis?

Estas cuestiones pretenden ser disparadoras para empezar a pensar en las nuevas metrópolis que se están generando en este mismo momento, como por ejemplo el caso de Sillicon Valey, una zona en donde las empresas que mueven el mundo han puesto sus ojos y están construyendo sus pequeños mundos. Éstas han cambiado la forma de trabajar de sus empleados: trabajan por plazos y no por horas, tienen todos los servicios y actividades dentro de la empresa para que cada uno pueda escoger a qué hora trabajar, comer, dormir, ejercitarse, jugar, etc…
Existe en ello una semejanza explícita con la ciudad industrial, cuando las compañías construían sus factorías en la periferia, al tiempo que las casas de los trabajadores, para asegurar su cercanía al entorno fabril, salvando las distancias en cuanto a evolución tecnológica, salubridad, independencia o calidad de vida. Si consideramos como el inicio de nuestra era la industrialización (y, por tanto, el capitalismo), ¿tendemos hacia una ciudad comandada totalmente por empresas?, ¿es posible que las empresas comiencen a fundar ciudades-estado independientes?
Así como Koolhaas habla de los grandes edificios de Manhattan nosotros hoy podríamos hablar de las nuevas ciudades comandadas por las corporaciones, que no necesitan de un estado, ya que cuentan con su propio manejo del capital económico y humano.

¿Cuál será rol del arquitecto al diseñar una ciudad para una empresa?
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